¿Qué es el humanismo?
El concepto de humanismo es actualmente uno de los más indeterminados y contradictorios; de aquí la necesidad de reconstruir las diferentes interpretaciones que ha tenido y delinear, al menos en lo que concierne sus aspectos esenciales, los contextos histórico-filosóficos en los que tales interpretaciones han surgido.
Hoy el término humanismo se utiliza comúnmente para indicar toda tendencia de pensamiento que afirme la centralidad, el valor, la dignidad del ser humano, o que muestre una preocupación o interés primario por la vida y la posición del ser humano en el mundo. Con un significado tan amplio, la palabra da lugar a las más variadas interpretaciones, y en consecuencia, a confusión y malentendido. Efectivamente, ha sido adoptada por muchas filosofías que –cada una a su modo– han afirmado saber qué o quién es el ser humano y cuál es el camino correcto para la realización de las potencialidades que le son más específicas. Vale decir que toda filosofía que se ha declarado humanista ha propuesto una concepción de naturaleza o esencia humana, de la que ha derivado una serie de consecuencias en el campo práctico, preocupándose por indicar lo que los seres humanos deben hacer para así manifestar acabadamente su “humanidad”.
El concepto de humanismo es actualmente uno de los más indeterminados y contradictorios; de aquí la necesidad de reconstruir las diferentes interpretaciones que ha tenido y delinear, al menos en lo que concierne sus aspectos esenciales, los contextos histórico-filosóficos en los que tales interpretaciones han surgido.
Hoy el término humanismo se utiliza comúnmente para indicar toda tendencia de pensamiento que afirme la centralidad, el valor, la dignidad del ser humano, o que muestre una preocupación o interés primario por la vida y la posición del ser humano en el mundo. Con un significado tan amplio, la palabra da lugar a las más variadas interpretaciones, y en consecuencia, a confusión y malentendido. Efectivamente, ha sido adoptada por muchas filosofías que –cada una a su modo– han afirmado saber qué o quién es el ser humano y cuál es el camino correcto para la realización de las potencialidades que le son más específicas. Vale decir que toda filosofía que se ha declarado humanista ha propuesto una concepción de naturaleza o esencia humana, de la que ha derivado una serie de consecuencias en el campo práctico, preocupándose por indicar lo que los seres humanos deben hacer para así manifestar acabadamente su “humanidad”.
2.1 Dignidad del ser humano
Todos hemos pensado más de una vez en las capacidades del ser humano, tanto desde el punto de vista natural como desde el anímico. Las máquinas que el hombre construye hacen cosas insospechadas, pero difícilmente pueden igualar las posibilidades del ojo humano, el funcionamiento finísimo del riñón, o la incansable actividad —¡nunca se para!— del corazón humano. En el ámbito más interior, nos maravillan las posibilidades de nuestros afectos y sentimientos, la potencia de la capacidad intelectiva y sus aplicaciones técnicas, la fuerza decisoria de la libertad humana,... Son unas capacidades que, aunque por definición son finitas, parecen poderse expandir cada vez más.
Ante esas maravillosas capacidades, parece imposible que el hombre no remita su origen y su ser a Dios. Confesando nuestra condición de criatura hecha a imagen y semejanza de Dios no abdicamos de nuestras posibilidades, sino que damos una explicación plausible sobre el origen y el destino de la persona humana. Precisamente en esta condición de criaturas, en nuestra dependencia de Dios creador, se arraiga nuestra dignidad personal.
La humanidad ha hecho grandes adelantos desde que ha conseguido definir de manera solemne aquello que denominamos Derechos Humanos. Lo son realmente porque son derechos de la persona humana.
La dignidad propia del hombre es un valor singular que fácilmente puede reconocerse. Lo podemos descubrir en nosotros o podemos verlo en los demás. Pero ni podemos otorgarlo ni está en nuestra mano retirárselo a alguien. Es algo que nos viene dado. Es anterior a nuestra voluntad y reclama de nosotros una actitud proporcionada, adecuada: reconocerlo y aceptarlo como un valor supremo (actitud de respeto) o bien ignorarlo o rechazarlo.
Este valor singular que es la dignidad humana se nos presenta como una llamada al respeto incondicionado y absoluto. Un respeto que, como se ha dicho, debe extenderse a todos los que lo poseen: a todos los seres humanos. Por eso mismo, aún en el caso de que toda la sociedad decidiera por consenso dejar de respetar la dignidad humana, ésta seguiría siendo una realidad presente en cada ciudadano. Aún cuando algunos fueran relegados a un trato indigno, perseguidos, encerrados en campos de concentración o eliminados, este desprecio no cambiaria en nada su valor inconmensurable en tanto que seres humanos.
Por su misma naturaleza, por la misma fuerza de pertenecer a la especie humana, por su particular potencial genético - que la enfermedad sólo es capaz de esconder pero que resurgirá de nuevo si el individuo recibe la terapéutica oportuna -, todo ser humano es en sí mismo digno y merecedor de respeto.
2.2 El ser humano es libre y responsable
El hombre es libre. Esta sencilla afirmación, escrita sobre una hoja en blanco, puede suscitar un montón de reacciones. Desde las preguntas radicales “¿será verdad? ¿soy libre? ¿los demás son libres?” hasta esas preguntas más concretas “libre, ¿en qué, para qué, cómo, cuándo, dónde?” La libertad ha sido uno de los temas más discutidos en la historia del pensamiento, y, a la vez, una de las realidades más atacada y denigrada.
Puede ser útil no olvidar que la libertad radica en el fondo de cada corazón. En este sentido hasta un esclavo es libre: tendrá cadenas y sufrirá hambres o latigazos, pero puede amar u odiar, puede aceptar su destino o rebelarse, puede callar o puede gritar aunque lo golpeen hasta la muerte, puede ceder al miedo o puede romper alambradas y correr en busca de una libertad más plena y completa. A la vez, un hombre “libre” puede vivir como esclavo: esclavo en el sentido de que no es capaz de mover su voluntad para realizar nada que valga la pena, sino que vive encadenado a la droga, al alcohol, a la pereza o a unas sábanas que no le dejan levantarse por la mañana... También este ciudadano libre” tiene una capacidad de opción (a no ser que se encuentre en un estado hipnótico, sometido a la voluntad de otros), pero la guarda y la estropea... Hay cosas que se arruinan si no se usan, y una de esas cosas es la libertad.
Un discurso sobre la libertad queda incompleto si no tratamos también de la otra cara de la moneda: la responsabilidad. Cada vez que hacemos una opción, cada vez que escogemos, hemos de responder, hemos de dar cuentas de lo que hemos hecho, y nos sentimos “presionados” por otros o por una voz interior que nunca calla... Muchas veces serán personas de nuestro ambiente quienes nos pregunten: “¿por qué lo has hecho?” Cuando se ha producido un crimen uno de los principales elementos de intriga es precisamente descubrir el “intríngulis” que ha llevado a ese asesinato, la causa, el porqué. Pero otras veces es una voz interior, esa que llamamos “conciencia”, la que nos susurra al oído: “tienes que hacerlo” o “no lo hagas”; y luego, una vez que hemos actuado, nos dice “has actuado bien, ¡felicidades!” o “has sido un cobarde, un egoísta, un temerario: ¡no deberías haberlo hecho!” Hay momentos en los que la pregunta exterior nos duele y nos toca mucho más (como cuando procede, por ejemplo, de la esposa o del esposo, de un hijo o de los padres, de un amigo o de una autoridad judicial), y otros en los que no nos importa nada lo que se diga: nos alegra o nos hiere solamente la autorecriminación o la felicitación de la voz interior, que nos pide implacablemente una respuesta.
En el binomio libertad-responsabilidad entra en juego, por lo tanto, la conciencia. Y la conciencia puede tener muchos estados de desarrollo.
Ser libre es ser responsable. Y hemos de responder, ante todo, a nuestra conciencia. Es algo que nunca ha sido fácil. Pero es el camino que debemos seguir para ser felices, con esa felicidad interior que va mucho más allá del triunfo del momento o del aplauso público. Una felicidad que empieza en esta vida y que, según nos enseña la fe católica, continuará eternamente en la otra vida.
2.3 El humanismo cristiano
El Humanismo Cristiano es una filosofía política que defiende la plena realización del hombre y de lo humano dentro de un marco de principios cristianos.Entre sus principales exponentes se encuentra Jacques Maritain, Emannuel Mounier y los pronunciamientos de la Doctrina Social de la Iglesia.
La visión cultural —o filosofía política de inspiración cristiana— que Maritain desarrolló en varias de sus obras, particularmente en “Humanismo Integral” y en “El Hombre y el Estado”, son el fundamento principal de lo que hoy llamamos 'Humanismo Cristiano' que, a su vez, es la base del desarrollo mundial del movimiento político demócrata cristiano, iniciado en Europa y América Latina en la primera mitad del siglo XX. El concepto fundamental de este movimiento filosófico y político es el 'humanismo integral', porque en éste se sustenta el Humanismo Cristiano contemporáneo.
El humanismo cristiano cree en la providencia de Dios Padre, espera la salvación del mundo por medio de su Hijo unigénito, Jesucristo, y propugna la caridad en la verdad, es decir, el amor fraterno o fraternidad humana, como ley fundamental del Cristianismo, para el progreso y desarrollo integral del ser humano y de la humanidad, dando respuestas a los temas del hambre, miseria, pobreza, guerras, violencia, injusticia, desigualdad, analfabetismo y enfermedades endémicas que padece y sufre.Los humanistas cristianos reconocen las contribuciones de otras formas de humanismo, tales como la variedad clásica que descubrió el valor de la libertad humana, y la marxista, que postula que el hombre ha sido apartado de la vida buena porque está desposeído de propiedad y subordinado a las fuerzas materiales y económicas; pero advierten que estas otras formas pueden degenerar en un individualismo excesivo o en un colectivismo salvaje porque operan sin Dios. El humanista cristiano valoran la cultura pero admite que el hombre sólo se desarrolla plenamente en la medida en que entra en una correcta relación con Cristo. Cuando eso sucede, una persona puede experimentar un crecimiento en todas las áreas de la vida en cuanto nueva creación de la Revelación (2 Cor. 5:17; Gal. 6:15).
2.4 Grandes pensadores cristianos
El Humanismo Cristiano es una filosofía política que defiende la plena realización del hombre y de lo humano dentro de un marco de principios cristianos.Entre sus principales exponentes se encuentra Jacques Maritain, Emannuel Mounier y los pronunciamientos de la Doctrina Social de la Iglesia.
La visión cultural —o filosofía política de inspiración cristiana— que Maritain desarrolló en varias de sus obras, particularmente en “Humanismo Integral” y en “El Hombre y el Estado”, son el fundamento principal de lo que hoy llamamos 'Humanismo Cristiano' que, a su vez, es la base del desarrollo mundial del movimiento político demócrata cristiano, iniciado en Europa y América Latina en la primera mitad del siglo XX. El concepto fundamental de este movimiento filosófico y político es el 'humanismo integral', porque en éste se sustenta el Humanismo Cristiano contemporáneo.
El humanismo cristiano cree en la providencia de Dios Padre, espera la salvación del mundo por medio de su Hijo unigénito, Jesucristo, y propugna la caridad en la verdad, es decir, el amor fraterno o fraternidad humana, como ley fundamental del Cristianismo, para el progreso y desarrollo integral del ser humano y de la humanidad, dando respuestas a los temas del hambre, miseria, pobreza, guerras, violencia, injusticia, desigualdad, analfabetismo y enfermedades endémicas que padece y sufre.Los humanistas cristianos reconocen las contribuciones de otras formas de humanismo, tales como la variedad clásica que descubrió el valor de la libertad humana, y la marxista, que postula que el hombre ha sido apartado de la vida buena porque está desposeído de propiedad y subordinado a las fuerzas materiales y económicas; pero advierten que estas otras formas pueden degenerar en un individualismo excesivo o en un colectivismo salvaje porque operan sin Dios. El humanista cristiano valoran la cultura pero admite que el hombre sólo se desarrolla plenamente en la medida en que entra en una correcta relación con Cristo. Cuando eso sucede, una persona puede experimentar un crecimiento en todas las áreas de la vida en cuanto nueva creación de la Revelación (2 Cor. 5:17; Gal. 6:15).
2.4 Grandes pensadores cristianos
Del Renacimiento:
Giovanni Pico della Mirandolla: Insigne Humanista
Giovanni Pico della Mirandolla: Insigne Humanista
Este famoso Humanista y erudito simboliza el puente que une y diferencia la Edad Media y el Renacimiento. Nació el año 1463 en Mirándolla, fue bautizado con el nombre de Juan y afirmaba descender de Picus sobrino del Emperador Constantino. Su madre lo envía desde la edad de 14 años a la prestigiosa escuela de Bologna. De allí Pico, con una sed insaciable de conocimientos, estudió filosofía y lenguas orientales y todo saber que satisfaciera sus inquietudes de hombre erudito y humanista.
Uno de los principales quehaceres de su vida intelectual fue tratar de reconciliar el Cristianismo con los valores de la Grecia Antigua. En la Edad Media existía la creencia que los dioses antiguos eran espíritus malignos de la religión del satánico poder de las tinieblas. Sobre esto Pico ejerció su influencia, con su poderoso raciocinio enseñó que los dioses antiguos eran expresión del poder de los elementos de la naturaleza o de las dotes personales de algunos seres selectos: así del Dios Poseidón enseñó que era el reconocimiento de un ser que representaba la fuerza del mar; Afrodita la diosa que divinizaba el amor; Minerva la inteligencia, etc. Pico conocía mucho la filosofía de Platón y trató de comparar sus ideas tratando de hacerlas similares a las del Cristianismo.
Fue como hombre clásico del siglo XV un gran apasionado del Arte y consagraba como religioso cualquier estudio o manifestación estética. Pico della Mirándolla -hombre su época- inició la resurrección del valor del Arte Griego, viajó a Roma y allí defendió públicamente novecientas atrevidas paradojas extraídas de muy diferentes conocimientos. Algunos envidiosos trataron de indisponerlo con el Papa y su corte pontificia al insinuar la falsa ortodoxia de la solución de algunas de estas proposiciones y sus soluciones.
Santo Tomás Moro
Santo Tomás Moro
Humanista inglés del Renacimiento. Cursó en Oxford estudios humanísticos hasta 1494, año en que ingresó en New Inn para iniciar la carrera de Derecho. Como humanista, coincidió con Erasmo de Rotterdam en muchísimos aspectos y a ambos les unió una profunda amistad.
Desde joven fue un hombre exageradamente religioso. Interesado por los acontecimientos políticos de su tiempo, es miembro del Parlamento en 1504.
Fiel súbdito de la corona, sin embargo se opuso al rey en lo referente a las cuestiones de supremacía de poderes y al divorcio. En 1532, al aprobarse la ley que privaba al Papa de los primeros ingresos del año por beneficios, renunció al Gran Sello, abandonando su trabajo en la Corte.
omás Moro fue el creador del tan apasionante género de las utopías o representaciones de estados y situaciones imaginarias con el fin de poder realizar y hacer realizar experimentos mentales insospechados. Tal es el carácter de su obra «De optimo ripublicae statu nova insola Utopia». Para no alejarse demasiado de la realidad, antes de comenzar a narrar las diversas historias de la fantástica islita, Moro nos muestra, irónica y sarcásticamente, como funcionaba la justicia en Inglaterra.
Además nos explica el origen económico de las injusticias sociales. Propone una serie de remedios a este tipo de problemática, sin encontrar en ninguno de ellos la verdadera solución a tales injusticias, y afirma rotundamente que la única vía posible para superar la iniquidad social siempre motivada por cuestiones económicas, es la abolición absoluta de la propiedad privada, que es, en definitiva, el eje de todo proceso socio-económico.
Erasmo de Rotterdam
Desiderio Erasmo nació en Rotterdam entre 1466 y 1469, de padre sacerdote y madre de procedencia burguesa. Fue bautizado como Geert Geertsen.
Contemporáneo a Maquiavelo y Lutero, Erasmo propone un mensaje humanista opuesto al de ambos. Frente a la visión pesimista y conflictiva del hombre que marca el pensamiento del italiano y el alemán, el holandés cree en las posibilidades del hombre y, por consiguiente, su obra está concebida bajo el signo del optimismo y de la concordia, aunque se le presente como a un escritor cáustico e irónico, que se dedica a criticar a los clérigos de su época, por su laxitud moral y escasa formación teológica, en el Elogio de la locura y en los Diálogos.
Erasmo ejerció una gran influencia en toda Europa, no solo por su labor filológica, en la que era maestro indiscutible, sino porque plantea la renovación del cristianismo, convirtiéndose así en la gran figura del humanismo cristiano en su época y en los siglos posteriores.
Erasmo parte de la toma de conciencia de las corrupciones acumuladas durante siglos por la Iglesia y de su necesidad de reforma para devolverla a su pureza primitiva. Realiza una crítica mordaz al catolicismo tradicional que anticipa los ataques que posteriormente efectuaría Lutero. Pone de manifiesto aspectos como: la ignorancia de los frailes; las prácticas piadosas artificiales o supersticiosas; o las discusiones artificiosas de los decadentes teólogos escolásticos.
Juan Luis Vives
Juan Luis Vives March, máximo representante del humanismo español nació en 1492 en la ciudad de Valencia, el año en que los Reyes Católicos conquistan el ultimo reino nazarí de Granada, por lo que comienza un calvario para todo aquel que profese una religión distinta a la cristiana, tanto musulmanes como judíos tendrán que exiliarse o convertirse al catolicismo para que la inquisición sea benévola.
La familia de Luis tenía una gran importancia dentro del núcleo de comerciantes judíos valencianos, poseyendo un estatus acomodado dentro de la capital del Turia.
Puesta en marcha una voraz inquisición por parte de los Reyes Católicos, la familia de Luis Vives se ve obligada a convertirse al cristianismo para así salvar sus vidas y sus bienes, sin embargo siguen practicando el judaísmo de forma clandestina en una sinagoga cercana a su casa, de la que era un importante miembro un primo hermano de Juan Luis, Miguel Vives, quien es descubierto en plena liturgia por la inquisición junto con la madre de Juan Luis vives, iniciándose así un severo y largo proceso contra la familia Vives por parte de la Inquisición.
En la ciudad de Brujas en el año de 1526 recibirá la noticia de que su padre es condenado y quemado por la inquisición, y los restos de su madre Blanca March muerta en 1508 son desenterrados y quemados en 1529. Luis Vives sumido en una gran depresión opta por trasladarse a Inglaterra, y en este periodo recibe la oferta para enseñar humanismo en la Universidad de Alcalá de Henares, puesto que rechaza por miedo a la inquisición.
En Inglaterra es elegido lector del colegio de Corpus Christi por el cardenal Wolsey y canciller de Enrique VII, viendo así realizado su sueño establecerse en una corte, único lugar en que un humanista puede desarrollar su trabajo en el campo de la cultura, en el que intercambia amistad y opiniones con Tomas Moro, sin embargo no olvida a sus amigos flamencos como Erasmo de Rotterdam con quien mantenía apasionadas discusiones sobre el humanismo. Vives volvió a Brujas en 1527 para reencontrarse con sus amigos, y realizar su obra “Tratado del socorro de los pobres” en la que analizaba y sistematizaba la organización de ayuda a los pobres y como debía hacerse. Por ello se considera a Vives la primera persona en Europa en llevar a la practica un tratado de asistencia social y por tanto el precursor de los servicios sociales en Europa y de la consiguiente organización político-social.
Los últimos años de su vida los dedico al estudio humanístico, convirtiéndose en un reformador de la cultura europea y en un filósofo moralista de talla universal, proponiendo el estudio de las obras de Aristóteles. Su libro destinado a la enseñanza del latín se publico en 65 ocasiones entre 1538 y 1649.
Del Siglo XX:
Emmanuel Mounier
Filósofo francés, impulsor de una corriente de pensamiento cristiano llamada personalismo. Estudió en Grenoble y en la Sorbona, iniciando su actividad de erudito con un trabajo sobre Charles Péguy del que entonces sólo se conocía la obra poética y cuya profundidad y complejidad de pensamiento puso de manifiesto (La pensée de Charles Péguy, París, 1931).
Tenía veintisiete años y con un grupo de jóvenes que experimentaban su misma crisis dio vida en aquel año a la revista Esprit, en torno a la cual se fue organizando más tarde el movimiento que ha quedado como una de las más significativas expresiones del pensamiento católico contemporáneo.
El catolicismo de Mounier se encuentra totalmente inmerso en un ansia de renovación, y su vasta obra de escritor y de animador se apoya en la necesidad de romper las formas estáticas en que han ido cristalizando la cultura y la sociedad burguesas. La finalidad que se imponía ante una tentativa tan amplia de revisión crítica era la de un completo reexamen de la cultura contemporánea acompañado de un "análisis directo del movimiento de la historia".
De aquí nacía la gran mole de trabajo que la revista Esprit fue desarrollando a partir de 1932, dedicando algunos de sus números, que continúan siendo fundamentales, a los problemas de la propiedad y del trabajo, de la conciencia cristiana y de la autoridad.
A la sociedad individualista nacida (en oposición al espíritu cristiano) de la moral de los comerciantes y financieros holandeses y florentinos y que tiene su metafísica en el volterianismo, contrapuso una sociedad "comunitaria". En ella, una democracia organizada y total sustituirá a una democracia meramente política y colonialista. Por otro lado, en el marxismo, al lado de una tentativa de "pensar en su conjunto la realidad humana y global", se hallan presentes motivos de "arcaico materialismo". Para Mounier, las ideas nuevas destinadas a crear un mundo libre sobre las ruinas de la sociedad en disolución sólo se mueve hacia la izquierda. Pero el marxismo comete el error de confundir lo "espiritual" con lo "reaccionario" y de dejar escapar algunas dimensiones (la interioridad y la trascendencia), que son también parte constitutiva de la realidad humana.
Jacques Maritain
Filósofo francés, uno de los más destacados defensores del neotomismo, a partir del cual se propuso edificar una metafísica cristiana, que él denominó "filosofía de la inteligencia y del existir".
La conversión al catolicismo constituyó una ruptura brusca; sin embargo, el conocimiento de Santo Tomás de Aquino (estudiado al principio con el auxilio de H. Clérissac, O. P.) aclaró a Maritain su misión filosófica. Inició entonces una intensa actividad docente en centros no estatales; además, promovió la renovación tomista y organizó numerosos círculos de estudios (a partir de 1919). Profesor de filosofía del Collége Stanislas en 1912, en 1914 fue llamado a enseñar filosofía moderna en el "Institut Catholique" de París (donde, en 1913, había dado una serie de conferencias reunidas luego en su primer volumen, La philosophie bergsonienne, de 1914).
En su obra, que abarcó más de medio siglo (su primer ensayo filosófico, La science moderne et la Raison, es de 1910), tiende a infundir nueva vida a la "filosofía cristiana" mediante la elaboración de un "tomismo vivo" en el cual, en tanto pretende permanecer rigurosamente fiel a los principios tomistas fundamentales, lleva a cabo una vigorosa renovación de la problemática. Sobre todo en el ámbito de la filosofía política, tras el alejamiento de la Action Française y de Maurras, realizó progresos que le convierten en teórico católico de la democracia.
Maritain defiende que la ética no debe fundarse exclusivamente sobre la base de la ciencia racional natural, dado que el hombre es miembro o partícipe de un orden sobrenatural. La ética, consecuentemente, debe subordinarse también a la teología. En el campo de la política, Maritain aboga por un humanismo integral. Se opone así tanto al liberal-capitalismo como a las sociedades totalitarias, imbuidas ambas de reduccionismo antropocéntrico. Hay que buscar una nueva ciudad temporal cristiana, distinta de la que se dio en la Edad Media, en la que la esfera de lo profano será a un tiempo autónoma y subordinada a lo sagrado y el Estado será laico, pero constituido cristianamente. Maritain distingue entre individuo (en lo que el hombre tiene de materia) y persona (por su condición espiritual). Como individuo, el hombre es parte de la sociedad y debe contribuir a ella para perfeccionarla, pero como persona, su fin es Dios, y su constitucionalidad primaria es la libertad.
Gabriel Marcel
Filósofo francés de origen judío, uno de los mayores representantes de la corriente del existencialismo cristiano que se desarrolló paralelamente al existencialismo "ateo" de Sartre.
Se convirtió al catolicismo en 1929, y fue profesor en la École Normal Supérieure de París y en varios institutos franceses y de otros países. Además de su obra filosófica, hay que mencionar su actividad como crítico teatral para Les Nouvelles Littéraires y sus obras dramáticas, como Un hombre de Dios (Un homme de Dieu, 1925). Otras obras suyas dignas de mención son Diario metafísico (Journal métaphysique, 1927, 1935), Ser y tener (Être et avoir, 1935); Du refus à l'invocation (1940); Homo viator (1944); El misterio del ser (Le mysthère de l'être, 2 vol. 1951); Le déclin de la sagesse (1954); En chemin, vers quel éveil (1971), Percées vers un ailleurs (1973), La Capilla ardiente y El mundo quebrado.
En su pensamiento se hace sentir la doble influencia bergsoniana y de pensamiento idealista angloamericano, sobre todo por lo que se refiere a la enseñanza ética y religiosa de Bradley y Royce. Defendió el primado de la filosofía del conocimiento, y afirmó que la metafísica no debe degradar el misterio ontológico a problema sino reconocerlo como tal. Su pensamiento es esencialmente una filosofía de lo indemostrable, una exploración de los elementos de la realidad que no se pueden aprehender mediante el conocimiento objetivo.
En el plano metodológico, distingue entre una primera reflexión, que crea espontáneamente los conceptos y los juicios de valor que se encuentran en la base de la representación habitual del mundo exterior, y una segunda reflexión que, analizando la primera, descubre sus contradicciones y distorsiones.
Mentefacto:
Bibliografías:
http://idd00qaa.eresmas.net/ortega/human/cristian.htm
http://www.odca.org.mx/nuestras-ideas_det.php?id=8
http://www.es.catholic.net/abogadoscatolicos/429/951/articulo.php?id=42833
http://prezi.com/ve0ktqa99txt/el-humanismo-ateo-y-el-cristianismo/
http://institucional.us.es/revistas/themata/36/N1.pdf
http://espanol.apologeticspress.org/espanol/articulos/688
http://www.camineo.info/news/213/ARTICLE/2365/2009-08-10.html
http://www.aceb.org/v_pp.htm
http://holismoplanetario.wordpress.com/2009/11/08/pico-della-mirandolla-insigne-humanista/
http://idd00qaa.eresmas.net/ortega/human/human.htm
http://es.catholic.net/aprendeaorar/32/249/articulo.php?id=4222
http://mb-soft.com/believe/tsn/chrishum.htm
http://www.portalplanetasedna.com.ar/humanismo1.htm
http://humanismoyvalores.blogspot.com/2011/01/erasmo-de-rotterdam.html
http://blogs.ua.es/humanistaluisvives/05-biografia-de-luis-vives/
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mounier_emmanuel.htm
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/maritain.htm
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/marcel_gabriel.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario