jueves, 26 de junio de 2014

3.- La Fe ante la Ciencia y la Técnica

¿Qué relación hay?

Frecuentemente se oye decir que la ciencia y la fe son contradictorias. Sin embargo esto no es verdad. 
Pero esta rotunda afirmación hay que matizarla. Cuando se habla  de ciencia se debe hablar de la ciencia indiscutible, no de la hipótesis de un científico que mañana puede ser desbancada por la hipótesis de otro científico.
Y cuando se hable de Fe, hay que hablar  de dogmas de Fe, no del proceder de la Iglesia que está formada por hombres limitados que pueden equivocarse. Pero ciencia indiscutible y dogmas de Fe jamás han estado en contradicción; ni lo estarán en el futuro, pues las dos vienen de Dios, y Dios no va a contradecirse a sí mismo.
En efecto: Ciencia es el estudio de las leyes de la naturaleza que el hombre aplica para la técnica y el progreso. Y Dogmas de Fe es el estudio de las verdades que Dios ha revelado.
Pues si el mismo Dios es el autor de las leyes de la naturaleza, objeto de la ciencia, y de las verdades de la revelación, objeto de la fe, Dios no va a contradecirse en lo que me comunica por la naturaleza y lo que me comunica por la revelación. 
«No sólo no hay contradicción entre ciencia y fe, sino que mutuamente se ayudan y complementan» 
Dice el Concilio Vaticano I: «La razón y la fe, no sólo no se contradicen, sino que se ayudan mutuamente» 
Dijo el Papa Juan Pablo II en su encíclica Fides et ratio: 
«La fe y la razón son como dos alas con las que el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad».
El hombre debe buscar la verdad y aceptarla, pero el hombre no crea la verdad. La verdad existe fuera de él.
¿Y la técnica?
Se le denomina técnica al conjunto de procedimientos que se utilizan en una ciencia o en una habilidad.
También se considera como la práctica de los conocimientos y por lo tanto de los métodos adquiridos referentes a distintas ciencias.
El objetivo de las técnicas es cumplir o lograr los objetivos y las metas que se tengan en mente.
En los hombres la técnica va a surgir de acuerdo a las necesidades que posean y la manera que buscan para satisfacerlas, cada individuo tendrá una técnica, quizás algunas parecidas a las de otras personas sin embargo cada ser humano las va a desarrollar de diferente manera.
La técnica la vamos desarrollando de acuerdo a nuestras necesidades y al ambiente o contexto en el que estemos, las técnicas serán distintas en cuanto a la situación, no podremos aplicar la misma técnica a todas las situaciones, quizá una técnica parecida pero nunca podrá ser la misma, ya que cada técnica tiene un objetivo o un propósito y se emplea de modo distinto ante las variadas situaciones.
Las técnicas son instrumentos que nos ayudan a satisfacer nuestras propias necesidades.
La palabra técnica proviene del griego téchne que significa arte pero, ¿por qué la técnica es un arte?, es un arte debido a que no es igual a la de todas las personas, el arte es el resultado de la actividad del hombre con el fin de expresar sus ideas, por lo tanto la técnica va a variar dependiendo la persona y la creatividad que tenga la misma.

2.1 Religión y Ciencia en la Edad Media

La filosofía natural, o la ciencia natural, como fue llamada algunas veces, fue uno de los temas claves enseñados en las universidades medievales y también algo que se ejercitaba en las mentes de los estimados doctores en teología como Tomás de Aquino, Alberto Magno y Nicolás de Oresme, todos ellos escribieron comentarios sobre Aristóteles que no incluían ideas religiosas . Esto va en contra de la visión popular de la Edad Media considerada como una era oscura para la ciencia, dominada por la regla de la fe y aplastando la “luz de la razón”. Los críticos más profanos han seguido el ejemplo de los primeros humanistas como Erasmo, quienes se burlaban de los “conceptos, relaciones, instantes, formalidades, esencias y sustancialidades”  de la lógica y racionalismo escolástico. Así, este periodo ha sido maldecido, tanto por poner demasiado como muy poco énfasis en la razón. 
En la Edad Media, la Iglesia Cristiana tuvo un rol decisivo. Fue la única institución que logró ejercer su poder a lo largo de una Europa fragmentada políticamente.
La vida cotidiana en la Edad Media y la forma de pensar de nobles y campesinos estaban muy influenciados por los principios y creencias de la Iglesia Cristiana. Como consecuencia de esto, las acciones de la gente se hallaban estrechamente ligadas a las normas religiosas.
La Iglesia era al mismo tiempo el centro de la vida intelectual. Desde este rol preeminente, posibilitó el afianzamiento de una particular interpretación del mundo, diseñado y ordenado según los designios Dios.
La ciencia medieval estuvo dominada por el aristotelismo. Sin embargo, a partir del silo XIII y más claramente a partir del siglo XIV aparecen las primeras críticas desde el mismo seno del aristotelismo. Por un lado, se busca perfeccionar el método científico y por el otro, la búsqueda de nuevas teorías que concluirán con el derrumbe mismo del sistema aristotélico. Durante el siglo XIII, gracias al conocimiento de la lógica aristotélica y de la matemática griega y árabe, se recuperó la idea del método deductivo sobre el modelo de la demostración matemática. El ideal de una explicación racional a través de la deducción a partir de los primeros principios evidentes, dominó en los filósofos y teólogos de esa época y propició el desarrollo de las matemáticas, que hasta entonces se habían mantenido en un nivel práctico y elemental. Así, comenzaron a gestarse los cambios que caracterizarían la revolución científica de los siglos XII y XVI, ciencia que pretenderá ser simultáneamente experimental e inductiva, pero también matemática y racional. Ya Aristóteles y los médicos de la antigüedad como Galeno , habían iniciado ese camino de doble dirección. El empirismo ingenuo comenzaba una instancia de superación para acercarse a la idea de la ciencia como un saber simultáneamente experimental y demostrativo.


2.2 Religión y Ciencia en la Edad Moderna

En la Edad Moderna, comienza el hombre a crear nuevas teorías sobre el cosmos, donde aparecen científicos muy importantes para la historia. En primer lugar Nicolás Copérnico, luego Galileo y por último Kepler. Estos se basaron en la observación del cosmos para tratar de llegar a un punto, donde se supiera como era realmente el Universo, por qué y cómo se formó. 
Luego de aquel cambio radical, se vieron grandes avances en el campo científico y podemos decir, que hoy por hoy – gracias en buena parte a dicho cambio – “la ciencia también dará respuestas a las cuestiones que hoy se antojan incomprensibles y que caen en el terreno de lo religioso.
Muchos de estos científicos intentaron  descubrir si la fe y el sentimiento religioso son sólo productos de nuestra mente. Otros insistieron en que tienen un origen sobrenatural. 
El sobrenaturalismo de la religión conduce a que los científicos se conviertan en ateos, ya que la ciencia da verdades demostradas, es decir, que es muy realista, se basa en métodos racionales que, al menos en gran parte, descansan en el pensamiento lógico y la contrastación empírica (como el método hipotético-deductivo de la ciencia natural). 
La religión, en cambio, se limita a afirmar ciertos hechos sin presentar ni pruebas, ni datos, ni nada que los demuestre, sólo basándose en la fe. Ahora bien, lo que jamás se podrá demostrar es la existencia ni la no existencia de un Dios, puesto que este hecho escapa totalmente a toda experiencia posible para el ser humano tal y como lo conocemos.
Una de las figuras importantes en la construcción de un saber radical en la ciencia fue el francés René Descartes (1596 – 1650), a quien se atribuye la fundación de la filosofía moderna que es el conocimiento y la existencia, y el desarrollo del paradigma mecanicista. Es considerado el fundador de la ciencia moderna, debido a que estableció los fundamentos metodológicos, epistemológicos y teológicos de la ciencia.La ciencia es un conjunto de conocimientos racionales, ciertos o probables que se obtienen mediante el empleo del método científico, esta se denomina moderna porque se desarrolla en los siglos XVI, XVII y XVIII; es decir, esta se basa en el conocimiento científico, el cual no es más que un rasgo característico de la ciencia pura como de la aplicada. 


2.3 Religión y Ciencia en el Mundo de Hoy

Uno de los tópicos en el debate actual sobre la ciencia y la tecnología consiste en determinar que tanto han servido para configurar a las sociedades modernas y trasformar a las tradicionales.
Los progresos científicos como también tecnológicos han modificado radicalmente la relación del hombre con la naturaleza y la interacción entre los seres vivos. 
Hoy en día la ciencia y la tecnología calan los niveles más altos en la sociedad actual. 
La ciencia y la tecnología no se pueden estudiar fuera del contexto social en el que se manifiestan. Entre la ciencia y la tecnología existe un claro estado de simbiosis; en otras palabras, conviven en beneficio mutuo. Aunque el efecto de ambas actuando conjuntamente es infinitamente superior a la suma de los efectos de cada una actuando por separado. 
Los beneficios que trae consigo la tecnología moderna son muy numerosos y ampliamente conocidos. Una mayor productividad proporciona a la sociedad unos excedentes que permiten disponer de más tiempo libre, dispensar la educación y, de hecho, proseguir la propia labor científica.Todos nosotros necesitamos alimentos, vivienda, ropa, etc. Cuando quedan satisfechas esas necesidades básicas y la tecnología empieza a proporcionar beneficios cada vez más triviales, es cuando surgen esencialmente los problemas. 
En toda la historia de la humanidad, el hombre a procurado garantizar y mejorar su nivel de vida mediante un mejor conocimiento del mundo que le rodea y un dominio más eficaz del mismo, es decir, mediante un desarrollo constante de la ciencia. 
La ciencia trata de establecer verdades universales, un conocimiento común sobre el que exista un consenso y que se base en ideas e información cuya validez sea independiente de los individuos. Hay algo que es de gran importancia resaltar y es que el papel de la ciencia en la sociedad es inseparable del papel de la tecnología.
El gran reto de los hombres de ciencia y tecnología del nuevo milenio es la liberación de las cadenas de oro que los unen a los poderes político-económicos y la orientación de su trabajo hacia los fines que demanda el conjunto de la Humanidad. 
El futuro de este Planeta depende de ello en gran medida.
Después de una época de cambios, como ha sido el siglo XX para la Iglesia y para la vida religiosa, nos encontramos ahora con un cambio de época. Estamos asistiendo al final de una etapa de la vida religiosa, al final de un modelo y que el gran reto con el que estamos confrontados al comienzo del tercer milenio es construir otro paradigma, otro modelo distinto de vida religiosa del que hemos ido desarrollando en el segundo. Los signos de agotamiento del actual modelo de vida religiosa se acumulan: envejecimiento progresivo, caída de vocaciones, persistencia en las salidas (aunque haya disminuido su número), dificultades para encontrar una espiritualidad y un estilo de formación adaptado a las necesidades del mundo de hoy, estancamiento y abandono progresivo de obras apostólicas, dificultades de integración en la sociedad e Iglesia actual sin perder la identidad específica de cada congregación, etc.: estos son hechos, que pueden ser leídos como signos de los tiempos que interpelan a las órdenes.
El pensamiento religioso ejerce una gran influencia social ya que condiciona los comportamientos del individuo y del grupo, y como consecuencia afecta a la política, a la cultura y al desarrollo de los pueblos.
Si en la época moderna se potencia el vivir sin religión la realidad actual postmoderna, nos demuestra que esta persiste en los diferentes pueblos del planeta y la mayoría de los hombres siguen viviendo con religión.        
Si en el pasado se pretendía crear un hombre político sin religión hoy en día se reconoce la influencia de la religiosidad en las actitudes de los individuos hacia las instituciones, grupos y hechos sociales. Así pues, las religiones siguen configurando mentalidades y comportamientos de masas.

Mentefacto:


Bibliografía:

http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=10740
http://www.gestiopolis.com/economia-2/la-relacion-ciencia-tecnica-y-desarrollo-social.htm
http://bibliaytradicion.wordpress.com/2012/01/02/la-ciencia-y-la-iglesia-en-la-edad-media/
http://sobrehistoria.com/la-iglesia-en-la-edad-media/
http://historiadelaciencia.idoneos.com/index.php/367057
http://www2.ib.edu.ar/becaib/bib2008/trabajos/CelinaJuarez.pdf
http://www.esdelibro.es/archivos/trabajos08/200800299_cienciavsreligion_trabajo.pdf
http://lasteologias.wordpress.com/2010/01/04/la-actual-division-entre-ciencia-y-religion-se-remonta-a-galileo/
http://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/7529068/Ciencia-Tecnologia-y-Sociedad-Hoy-En-Dia.html
http://aula7activa.org/edu/investigador/documentos/losaportesdelpensamiento.pdf
http://www.mounier.es/revista/pdfs/055037040.pdf
http://secviccentarticulo.blogspot.com/2011/04/algunos-retos-de-la-vida-religiosa-j.html

viernes, 6 de junio de 2014

2.- El Humanismo de inspiración cristiana

¿Qué es el humanismo?

El concepto de humanismo es actualmente uno de los más indeterminados y contradictorios; de aquí la necesidad de reconstruir las diferentes interpretaciones que ha tenido y  delinear, al menos en lo que concierne sus aspectos esenciales, los contextos histórico-filosóficos en los que tales interpretaciones han surgido.
Hoy el término humanismo se utiliza comúnmente para indicar toda tendencia de pensamiento que afirme la centralidad, el valor, la dignidad del ser humano, o que muestre una preocupación o interés primario por la vida y la posición del ser humano en el mundo. Con un significado tan amplio, la palabra da lugar a las más variadas interpretaciones, y en consecuencia, a confusión y malentendido. Efectivamente, ha sido adoptada por muchas filosofías que –cada una a su modo– han afirmado saber qué o quién es el ser humano y cuál es el camino correcto para la realización de las potencialidades que le son más específicas. Vale decir que toda filosofía que se ha declarado humanista ha propuesto una concepción de naturaleza o esencia humana, de la que ha derivado una serie de consecuencias en el campo práctico, preocupándose por indicar lo que los seres humanos deben hacer para así manifestar acabadamente su “humanidad”.




2.1 Dignidad del ser humano

Todos hemos pensado más de una vez en las capacidades del ser humano, tanto desde el punto de vista natural como desde el anímico. Las máquinas que el hombre construye hacen cosas insospechadas, pero difícilmente pueden igualar las posibilidades del ojo humano, el funcionamiento finísimo del riñón, o la incansable actividad —¡nunca se para!— del corazón humano. En el ámbito más interior, nos maravillan las posibilidades de nuestros afectos y sentimientos, la potencia de la capacidad intelectiva y sus aplicaciones técnicas, la fuerza decisoria de la libertad humana,... Son unas capacidades que, aunque por definición son finitas, parecen poderse expandir cada vez más. 
Ante esas maravillosas capacidades, parece imposible que el hombre no remita su origen y su ser a Dios. Confesando nuestra condición de criatura hecha a imagen y semejanza de Dios no abdicamos de nuestras posibilidades, sino que damos una explicación plausible sobre el origen y el destino de la persona humana. Precisamente en esta condición de criaturas, en nuestra dependencia de Dios creador, se arraiga nuestra dignidad personal. 
La humanidad ha hecho grandes adelantos desde que ha conseguido definir de manera solemne aquello que denominamos Derechos Humanos. Lo son realmente porque son derechos de la persona humana.
La dignidad propia del hombre es un valor singular que fácilmente puede reconocerse. Lo podemos descubrir en nosotros o podemos verlo en los demás. Pero ni podemos otorgarlo ni está en nuestra mano retirárselo a alguien. Es algo que nos viene dado. Es anterior a nuestra voluntad y reclama de nosotros una actitud proporcionada, adecuada: reconocerlo y aceptarlo como un valor supremo (actitud de respeto) o bien ignorarlo o rechazarlo.
Este valor singular que es la dignidad humana se nos presenta como una llamada al respeto incondicionado y absoluto. Un respeto que, como se ha dicho, debe extenderse a todos los que lo poseen: a todos los seres humanos. Por eso mismo, aún en el caso de que toda la sociedad decidiera por consenso dejar de respetar la dignidad humana, ésta seguiría siendo una realidad presente en cada ciudadano. Aún cuando algunos fueran relegados a un trato indigno, perseguidos, encerrados en campos de concentración o eliminados, este desprecio no cambiaria en nada su valor inconmensurable en tanto que seres humanos.
Por su misma naturaleza, por la misma fuerza de pertenecer a la especie humana, por su particular potencial genético - que la enfermedad sólo es capaz de esconder pero que resurgirá de nuevo si el individuo recibe la terapéutica oportuna -, todo ser humano es en sí mismo digno y merecedor de respeto.

2.2 El ser humano es libre y responsable

El hombre es libre. Esta sencilla afirmación, escrita sobre una hoja en blanco, puede suscitar un montón de reacciones. Desde las preguntas radicales “¿será verdad? ¿soy libre? ¿los demás son libres?” hasta esas preguntas más concretas “libre, ¿en qué, para qué, cómo, cuándo, dónde?” La libertad ha sido uno de los temas más discutidos en la historia del pensamiento, y, a la vez, una de las realidades más atacada y denigrada.
Puede ser útil no olvidar que la libertad radica en el fondo de cada corazón. En este sentido hasta un esclavo es libre: tendrá cadenas y sufrirá hambres o latigazos, pero puede amar u odiar, puede aceptar su destino o rebelarse, puede callar o puede gritar aunque lo golpeen hasta la muerte, puede ceder al miedo o puede romper alambradas y correr en busca de una libertad más plena y completa. A la vez, un hombre “libre” puede vivir como esclavo: esclavo en el sentido de que no es capaz de mover su voluntad para realizar nada que valga la pena, sino que vive encadenado a la droga, al alcohol, a la pereza o a unas sábanas que no le dejan levantarse por la mañana... También este ciudadano libre” tiene una capacidad de opción (a no ser que se encuentre en un estado hipnótico, sometido a la voluntad de otros), pero la guarda y la estropea... Hay cosas que se arruinan si no se usan, y una de esas cosas es la libertad.
Un discurso sobre la libertad queda incompleto si no tratamos también de la otra cara de la moneda: la responsabilidad. Cada vez que hacemos una opción, cada vez que escogemos, hemos de responder, hemos de dar cuentas de lo que hemos hecho, y nos sentimos “presionados” por otros o por una voz interior que nunca calla... Muchas veces serán personas de nuestro ambiente quienes nos pregunten: “¿por qué lo has hecho?” Cuando se ha producido un crimen uno de los principales elementos de intriga es precisamente descubrir el “intríngulis” que ha llevado a ese asesinato, la causa, el porqué. Pero otras veces es una voz interior, esa que llamamos “conciencia”, la que nos susurra al oído: “tienes que hacerlo” o “no lo hagas”; y luego, una vez que hemos actuado, nos dice “has actuado bien, ¡felicidades!” o “has sido un cobarde, un egoísta, un temerario: ¡no deberías haberlo hecho!” Hay momentos en los que la pregunta exterior nos duele y nos toca mucho más (como cuando procede, por ejemplo, de la esposa o del esposo, de un hijo o de los padres, de un amigo o de una autoridad judicial), y otros en los que no nos importa nada lo que se diga: nos alegra o nos hiere solamente la autorecriminación o la felicitación de la voz interior, que nos pide implacablemente una respuesta.
En el binomio libertad-responsabilidad entra en juego, por lo tanto, la conciencia. Y la conciencia puede tener muchos estados de desarrollo.
Ser libre es ser responsable. Y hemos de responder, ante todo, a nuestra conciencia. Es algo que nunca ha sido fácil. Pero es el camino que debemos seguir para ser felices, con esa felicidad interior que va mucho más allá del triunfo del momento o del aplauso público. Una felicidad que empieza en esta vida y que, según nos enseña la fe católica, continuará eternamente en la otra vida.

2.3 El humanismo cristiano

El Humanismo Cristiano es una filosofía política que defiende la plena realización del hombre y de lo humano dentro de un marco de principios cristianos.Entre sus principales exponentes se encuentra Jacques Maritain, Emannuel Mounier y los pronunciamientos de la Doctrina Social de la Iglesia.
La visión cultural —o filosofía política de inspiración cristiana— que Maritain desarrolló en varias de sus obras, particularmente en “Humanismo Integral” y en “El Hombre y el Estado”, son el fundamento principal de lo que hoy llamamos 'Humanismo Cristiano' que, a su vez, es la base del desarrollo mundial del movimiento político demócrata cristiano, iniciado en Europa y América Latina en la primera mitad del siglo XX. El concepto fundamental de este movimiento filosófico y político es el 'humanismo integral', porque en éste se sustenta el Humanismo Cristiano contemporáneo. 

El humanismo cristiano cree en la providencia de Dios Padre, espera la salvación del mundo por medio de su Hijo unigénito, Jesucristo, y propugna la caridad en la verdad, es decir, el amor fraterno o fraternidad humana, como ley fundamental del Cristianismo, para el progreso y desarrollo integral del ser humano y de la humanidad, dando respuestas a los temas del hambre, miseria, pobreza, guerras, violencia, injusticia, desigualdad, analfabetismo y enfermedades endémicas que padece y sufre.Los humanistas cristianos reconocen las contribuciones de otras formas de humanismo, tales como la variedad clásica que descubrió el valor de la libertad humana, y la marxista, que postula que el hombre ha sido apartado de la vida buena porque está desposeído de propiedad y subordinado a las fuerzas materiales y económicas; pero advierten que estas otras formas pueden degenerar en un individualismo excesivo o en un colectivismo salvaje porque operan sin Dios. El humanista cristiano valoran la cultura pero admite que el hombre sólo se desarrolla plenamente en la medida en que entra en una correcta relación con Cristo. Cuando eso sucede, una persona puede experimentar un crecimiento en todas las áreas de la vida en cuanto nueva creación de la Revelación (2 Cor. 5:17; Gal. 6:15).




2.4 Grandes pensadores cristianos

Del Renacimiento:

Giovanni Pico della Mirandolla: Insigne Humanista

Este famoso Humanista y erudito simboliza el puente que une y diferencia la Edad Media y el Renacimiento. Nació el año 1463 en Mirándolla, fue bautizado con el nombre de Juan y afirmaba descender de Picus sobrino del Emperador Constantino. Su madre lo envía desde la edad de 14 años a la prestigiosa escuela de Bologna. De allí Pico, con una sed insaciable de conocimientos, estudió filosofía y lenguas orientales y todo saber que satisfaciera sus inquietudes de hombre erudito y humanista.
Uno de los principales quehaceres de su vida intelectual fue tratar de reconciliar el Cristianismo con los valores de la Grecia Antigua. En la Edad Media existía la creencia que los dioses antiguos eran espíritus malignos de la religión del satánico poder de las tinieblas. Sobre esto Pico ejerció su influencia, con su poderoso raciocinio enseñó que los dioses antiguos eran expresión del poder de los elementos de la naturaleza o de las dotes personales de algunos seres selectos: así del Dios Poseidón enseñó que era el reconocimiento de un ser que representaba la fuerza del mar; Afrodita la diosa que divinizaba el amor; Minerva la inteligencia, etc.  Pico conocía mucho la filosofía de Platón y trató de comparar sus ideas tratando de hacerlas similares a las del Cristianismo.
Fue como hombre clásico del siglo XV un gran apasionado del Arte y consagraba como religioso cualquier estudio o manifestación estética. Pico della Mirándolla -hombre su época- inició la resurrección del valor del Arte Griego, viajó a Roma y allí defendió públicamente novecientas atrevidas paradojas extraídas de muy diferentes conocimientos. Algunos envidiosos trataron de indisponerlo con el Papa y su corte pontificia al insinuar la falsa ortodoxia de la solución de algunas de estas proposiciones y sus soluciones.

Santo Tomás Moro

Humanista inglés del Renacimiento. Cursó en Oxford estudios humanísticos hasta 1494, año en que ingresó en New Inn para iniciar la carrera de Derecho. Como humanista, coincidió con Erasmo de Rotterdam en muchísimos aspectos y a ambos les unió una profunda amistad.
Desde joven fue un hombre exageradamente religioso. Interesado por los acontecimientos políticos de su tiempo, es miembro del Parlamento en 1504.
Fiel súbdito de la corona, sin embargo se opuso al rey en lo referente a las cuestiones de supremacía de poderes y al divorcio. En 1532, al aprobarse la ley que privaba al Papa de los primeros ingresos del año por beneficios, renunció al Gran Sello, abandonando su trabajo en la Corte.
omás Moro fue el creador del tan apasionante género de las utopías o representaciones de estados y situaciones imaginarias con el fin de poder realizar y hacer realizar experimentos mentales insospechados. Tal es el carácter de su obra «De optimo ripublicae statu nova insola Utopia». Para no alejarse demasiado de la realidad, antes de comenzar a narrar las diversas historias de la fantástica islita, Moro nos muestra, irónica y sarcásticamente, como funcionaba la justicia en Inglaterra.
Además nos explica el origen económico de las injusticias sociales. Propone una serie de remedios a este tipo de problemática, sin encontrar en ninguno de ellos la verdadera solución a tales injusticias, y afirma rotundamente que la única vía posible para superar la iniquidad social siempre motivada por cuestiones económicas, es la abolición absoluta de la propiedad privada, que es, en definitiva, el eje de todo proceso socio-económico.

Erasmo de Rotterdam

Desiderio Erasmo nació en Rotterdam entre 1466 y 1469, de padre sacerdote y madre de procedencia burguesa. Fue bautizado como Geert Geertsen.
Contemporáneo a Maquiavelo y Lutero, Erasmo propone un mensaje humanista opuesto al de ambos. Frente a la visión pesimista y conflictiva del hombre que marca el pensamiento del italiano y el alemán, el holandés cree en las posibilidades del hombre y, por consiguiente, su obra está concebida bajo el signo del optimismo y de la concordia, aunque se le presente como a un escritor cáustico e irónico, que se dedica a criticar a los clérigos de su época, por su laxitud moral y escasa formación teológica, en el Elogio de la locura y en los Diálogos.
Erasmo ejerció una gran influencia en toda Europa, no solo por su labor filológica, en la que era maestro indiscutible, sino porque plantea la renovación del cristianismo, convirtiéndose así en la gran figura del humanismo cristiano en su época y en los siglos posteriores.
Erasmo parte de la toma de conciencia de las corrupciones acumuladas durante siglos por la Iglesia y de su necesidad de reforma para devolverla a su pureza primitiva. Realiza una crítica mordaz al catolicismo tradicional que anticipa los ataques que posteriormente efectuaría Lutero. Pone de manifiesto aspectos como: la ignorancia de los frailes; las prácticas piadosas artificiales o supersticiosas; o las discusiones artificiosas de los decadentes teólogos escolásticos.


Juan Luis Vives

Juan Luis Vives March, máximo representante del humanismo español nació en 1492 en la ciudad de Valencia, el año en que los Reyes Católicos conquistan el ultimo reino nazarí de Granada, por lo que comienza un calvario para todo aquel que profese una religión distinta a la cristiana, tanto musulmanes como judíos tendrán que exiliarse o convertirse al catolicismo para que la inquisición sea benévola.
La familia de Luis tenía una gran importancia dentro del núcleo de comerciantes judíos valencianos, poseyendo un estatus acomodado dentro de la capital del Turia.
Puesta en marcha una voraz inquisición por parte de los Reyes Católicos, la familia de Luis Vives se ve obligada a convertirse al cristianismo para así salvar sus vidas y sus bienes, sin embargo siguen practicando el judaísmo de forma clandestina en una sinagoga cercana a su casa, de la que era un importante miembro un primo hermano de Juan Luis, Miguel Vives, quien es descubierto en plena liturgia por la inquisición junto con la madre de Juan Luis vives, iniciándose así un severo y largo proceso contra la familia Vives por parte de la Inquisición.
En la ciudad de Brujas en el año de 1526 recibirá la noticia de que su padre es condenado y quemado por la inquisición, y los restos de su madre Blanca March muerta en 1508 son desenterrados y quemados en 1529. Luis Vives sumido en una gran depresión opta por trasladarse a Inglaterra, y en este periodo recibe la oferta para enseñar humanismo en la Universidad de Alcalá de Henares, puesto que rechaza por miedo a la inquisición.
En Inglaterra es elegido lector del colegio de Corpus Christi por el cardenal Wolsey y canciller de Enrique VII, viendo así realizado su sueño establecerse en una corte, único lugar en que un humanista puede desarrollar su trabajo en el campo de la cultura, en el que intercambia amistad y opiniones con Tomas Moro, sin embargo no olvida a sus amigos flamencos como Erasmo de Rotterdam con quien mantenía apasionadas discusiones sobre el humanismo. Vives volvió a Brujas en 1527 para reencontrarse con sus amigos, y realizar su obra “Tratado del socorro de los pobres” en la que analizaba y sistematizaba la organización de ayuda a los pobres y como debía hacerse. Por ello se considera a Vives la primera persona en Europa en llevar a la practica un tratado de asistencia social y por tanto el precursor de los servicios sociales en Europa y de la consiguiente organización político-social.
Los últimos años de su vida los dedico al estudio humanístico, convirtiéndose en un reformador de la cultura europea y en un filósofo moralista de talla universal, proponiendo el estudio de las obras de Aristóteles. Su libro destinado a la enseñanza del latín se publico en 65 ocasiones entre 1538 y 1649.

Del Siglo XX:

Emmanuel Mounier

Filósofo francés, impulsor de una corriente de pensamiento cristiano llamada personalismo. Estudió en Grenoble y en la Sorbona, iniciando su actividad de erudito con un trabajo sobre Charles Péguy del que entonces sólo se conocía la obra poética y cuya profundidad y complejidad de pensamiento puso de manifiesto (La pensée de Charles Péguy, París, 1931).
Tenía veintisiete años y con un grupo de jóvenes que experimentaban su misma crisis dio vida en aquel año a la revista Esprit, en torno a la cual se fue organizando más tarde el movimiento que ha quedado como una de las más significativas expresiones del pensamiento católico contemporáneo.
El catolicismo de Mounier se encuentra totalmente inmerso en un ansia de renovación, y su vasta obra de escritor y de animador se apoya en la necesidad de romper las formas estáticas en que han ido cristalizando la cultura y la sociedad burguesas. La finalidad que se imponía ante una tentativa tan amplia de revisión crítica era la de un completo reexamen de la cultura contemporánea acompañado de un "análisis directo del movimiento de la historia". 
De aquí nacía la gran mole de trabajo que la revista Esprit fue desarrollando a partir de 1932, dedicando algunos de sus números, que continúan siendo fundamentales, a los problemas de la propiedad y del trabajo, de la conciencia cristiana y de la autoridad.
A la sociedad individualista nacida (en oposición al espíritu cristiano) de la moral de los comerciantes y financieros holandeses y florentinos y que tiene su metafísica en el volterianismo, contrapuso una sociedad "comunitaria". En ella, una democracia organizada y total sustituirá a una democracia meramente política y colonialista. Por otro lado, en el marxismo, al lado de una tentativa de "pensar en su conjunto la realidad humana y global", se hallan presentes motivos de "arcaico materialismo". Para Mounier, las ideas nuevas destinadas a crear un mundo libre sobre las ruinas de la sociedad en disolución sólo se mueve hacia la izquierda. Pero el marxismo comete el error de confundir lo "espiritual" con lo "reaccionario" y de dejar escapar algunas dimensiones (la interioridad y la trascendencia), que son también parte constitutiva de la realidad humana.

Jacques Maritain

Filósofo francés, uno de los más destacados defensores del neotomismo, a partir del cual se propuso edificar una metafísica cristiana, que él denominó "filosofía de la inteligencia y del existir".
La conversión al catolicismo constituyó una ruptura brusca; sin embargo, el conocimiento de Santo Tomás de Aquino (estudiado al principio con el auxilio de H. Clérissac, O. P.) aclaró a Maritain su misión filosófica. Inició entonces una intensa actividad docente en centros no estatales; además, promovió la renovación tomista y organizó numerosos círculos de estudios (a partir de 1919). Profesor de filosofía del Collége Stanislas en 1912, en 1914 fue llamado a enseñar filosofía moderna en el "Institut Catholique" de París (donde, en 1913, había dado una serie de conferencias reunidas luego en su primer volumen, La philosophie bergsonienne, de 1914).
En su obra, que abarcó más de medio siglo (su primer ensayo filosófico, La science moderne et la Raison, es de 1910), tiende a infundir nueva vida a la "filosofía cristiana" mediante la elaboración de un "tomismo vivo" en el cual, en tanto pretende permanecer rigurosamente fiel a los principios tomistas fundamentales, lleva a cabo una vigorosa renovación de la problemática. Sobre todo en el ámbito de la filosofía política, tras el alejamiento de la Action Française y de Maurras, realizó progresos que le convierten en teórico católico de la democracia.
Maritain defiende que la ética no debe fundarse exclusivamente sobre la base de la ciencia racional natural, dado que el hombre es miembro o partícipe de un orden sobrenatural. La ética, consecuentemente, debe subordinarse también a la teología. En el campo de la política, Maritain aboga por un humanismo integral. Se opone así tanto al liberal-capitalismo como a las sociedades totalitarias, imbuidas ambas de reduccionismo antropocéntrico. Hay que buscar una nueva ciudad temporal cristiana, distinta de la que se dio en la Edad Media, en la que la esfera de lo profano será a un tiempo autónoma y subordinada a lo sagrado y el Estado será laico, pero constituido cristianamente. Maritain distingue entre individuo (en lo que el hombre tiene de materia) y persona (por su condición espiritual). Como individuo, el hombre es parte de la sociedad y debe contribuir a ella para perfeccionarla, pero como persona, su fin es Dios, y su constitucionalidad primaria es la libertad.

Gabriel Marcel

Filósofo francés de origen judío, uno de los mayores representantes de la corriente del existencialismo cristiano que se desarrolló paralelamente al existencialismo "ateo" de Sartre.
Se convirtió al catolicismo en 1929, y fue profesor en la École Normal Supérieure de París y en varios institutos franceses y de otros países. Además de su obra filosófica, hay que mencionar su actividad como crítico teatral para Les Nouvelles Littéraires y sus obras dramáticas, como Un hombre de Dios (Un homme de Dieu, 1925). Otras obras suyas dignas de mención son Diario metafísico (Journal métaphysique, 1927, 1935), Ser y tener (Être et avoir, 1935); Du refus à l'invocation (1940); Homo viator (1944); El misterio del ser (Le mysthère de l'être, 2 vol. 1951); Le déclin de la sagesse (1954); En chemin, vers quel éveil (1971), Percées vers un ailleurs (1973), La Capilla ardiente y El mundo quebrado.
En su pensamiento se hace sentir la doble influencia bergsoniana y de pensamiento idealista angloamericano, sobre todo por lo que se refiere a la enseñanza ética y religiosa de Bradley y Royce. Defendió el primado de la filosofía del conocimiento, y afirmó que la metafísica no debe degradar el misterio ontológico a problema sino reconocerlo como tal. Su pensamiento es esencialmente una filosofía de lo indemostrable, una exploración de los elementos de la realidad que no se pueden aprehender mediante el conocimiento objetivo.
En el plano metodológico, distingue entre una primera reflexión, que crea espontáneamente los conceptos y los juicios de valor que se encuentran en la base de la representación habitual del mundo exterior, y una segunda reflexión que, analizando la primera, descubre sus contradicciones y distorsiones. 


Mentefacto:










Bibliografías:
http://idd00qaa.eresmas.net/ortega/human/cristian.htm
http://www.odca.org.mx/nuestras-ideas_det.php?id=8
http://www.es.catholic.net/abogadoscatolicos/429/951/articulo.php?id=42833
http://prezi.com/ve0ktqa99txt/el-humanismo-ateo-y-el-cristianismo/
http://institucional.us.es/revistas/themata/36/N1.pdf
http://espanol.apologeticspress.org/espanol/articulos/688
http://www.camineo.info/news/213/ARTICLE/2365/2009-08-10.html
http://www.aceb.org/v_pp.htm
http://holismoplanetario.wordpress.com/2009/11/08/pico-della-mirandolla-insigne-humanista/
http://idd00qaa.eresmas.net/ortega/human/human.htm
http://es.catholic.net/aprendeaorar/32/249/articulo.php?id=4222
http://mb-soft.com/believe/tsn/chrishum.htm
http://www.portalplanetasedna.com.ar/humanismo1.htm
http://humanismoyvalores.blogspot.com/2011/01/erasmo-de-rotterdam.html
http://blogs.ua.es/humanistaluisvives/05-biografia-de-luis-vives/
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/mounier_emmanuel.htm
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/maritain.htm
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/marcel_gabriel.htm


jueves, 15 de mayo de 2014

1.La Misa

Etimología:
Del latín «mittere», enviar, despedir, la palabra «misa» se convirtió con el tiempo en 
el nombre dado a la celebración que en los primeros tiempos se había llamado 
«fracción del pan», «cena del Señor», y que ahora llamamos «eucaristía».
Los orientales la llaman más bien «liturgia». 
El término probablemente tiene su origen en que después de la liturgia de la 
Palabra se hacía la despedida de los catecúmenos («missa catecumenorum») y 
al final, la de los fieles («ite, missa est»). Pero a partir del siglo IV poco a poco se 
llamó «misa», no a la despedida, sino a todo lo que le precedía («misa de los 
catecúmenos»). 
Otra etimología podría ser la relacionada con la ofrenda, el «envío» («mittere») a 
Dios, la oblación de nuestro sacrificio Eucarístico. Así, la frase más expresiva no 
sería «fit missa» (se hace la despedida), sino «misa acta est», (se ha hecho la 
oblación).
El Catecismo prefiere la etimología del envío: la celebración eucarística se llama 
«Santa Misa porque la liturgia en la que se realiza el misterio de la salvación se 
termina con el envío de los fieles («missio») a fin de que cumplan la voluntad de 
Dios en su vida cotidiana» 
Actualmente se sigue llamando «misa» a toda celebración, pero no tanto en las 
oraciones y textos, sino en las rúbricas y títulos.Se prefiere el nombre de «eucaristía».



1.1 Historia

La Fiesta Judía

El pueblo judío del Antiguo Testamento se reunía delante del Arca de la Alianza que contenía las tablas de la Ley,palabra permanente de Dios, y el vaso del maná, pan ácimo sin levadura que evocaba la huida de Egipto, y que era comida de salvación para el pueblo. Se sacrificaba un cordero y su sangre, lanzada al aire por los sacerdotes, borraba los pecados del pueblo. 
Pero independientemente de este rito anual, el sábado era el día establecido por Dios para que su pueblo le rindiera culto público, y su celebración y dedicación constituía una total obligación para el pueblo.

La Todáh Judía

El antepasado litúrgico de la Misa es la Todáh del antiguo Israel. Etimológicamente, el término hebreo todáh significa acción de gracias, al igual que el término griego eucaristía. La todáh era una comida sacrificial compartida con amigos, a fin de celebrar el agradecimiento a Dios. La todáh empieza con el recuerdo de una amenaza mortal, celebrando a continuación que Dios haya librado al hombre de aquella amenaza. Era una poderosa manifestación de confianza en la soberanía y la compasión de Dios.

La Institución de la Eucaristía

La Misa, frecuentemente denominada Santa Misa, tanto en la Iglesia Católica Romana como en la Iglesia Luterana, es el acto litúrgico dentro del cual se ofrece la Eucaristía. De acuerdo a los Evangelios, la Misa fue instituida por Jesús de Nazareth durante la Ultima Cena con sus apóstoles. La diferencia entre ambas iglesias es que mientras los católicos creen que la transubstanciación ocurre durante el rito de la consagración del pan y el vino, los luteranos dicen que lo que realmente ocurre en ese momento es la consubstanciación. 
Fue el propio Jesús quien instituyó el sacrificio eucarístico de su Cuerpo y Sangre durante la Ultima Cena como memorial de su muerte y Resurrección, ordenando a sus apóstoles celebrarla hasta que vuelva (1ª. Corintios 11:26), de manera que a través de la Santa Misa se le reciba a Él mismo como alimento espiritual.
Pero Jesús además quiso confirmar la Eucaristía un día después de su Resurrección cuando, camino hacia Emaús, encontró a dos de sus discípulos, Cleofás y otro del que se desconoce el nombre, y accedió a la invitación de ellos para compartir la cena. Los dos discípulos reconocieron a Jesús cuando, a mitad de la cena, bendijo el pan y el vino y lo compartió con ellos (Lucas 24:13-35). Esta ceremonia en el camino a Emaús marcó, por así decirlo, el orden litúrgico a seguir en nuestra Iglesia Católica. En los primeros tiempos del cristianismo los convertidos se reunían diariamente y escuchaban los sermones de los apóstoles. 
 Desde tiempos de los primeros cristianos el día domingo ha sido el día de reunión litúrgica, donde se escucha la Escritura y se oficia la liturgia de la Sagrada Eucaristía, con el fin de comulgar el Cuerpo y la Sangre del Señor Jesús. Ya en la iglesia primitiva los cristianos “perseveraban en la doctrina de los apóstoles y en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones” (Hechos 2:42). San Pablo siempre reveló su preocupación por transmitir de forma precisa la liturgia, subrayando la importancia de la doctrina de la presencia real, indicando al mismo tiempo las terribles consecuencias en no creer en la Eucaristía: “Todo el que come y bebe sin discernir el Cuerpo, como y bebe su propia condena” (1ª. Corintios 11:29). 

La Didaké

Independientemente a los libros del Antiguo Testamento, el escrito cristiano más antiguo que ha llegado hasta nuestros días es un manual litúrgico, al cual podríamos catalogarlo como misal, el cual se titula Didaké, que en griego significa Enseñanzas, y que también se le conoce como Doctrina del Señor a las naciones del mundo por medio de los Doce Apóstoles. La Didaké es una colección de enseñanzas de los apóstoles, y se compiló en Antioquía de Siria en algún momento entre los años 50 al 110 d.C. La Didaké utiliza cuatro veces la palabra Sacrificio para describir la Eucaristía. De la Didaké aprendimos también que el día habitual de la liturgia es el Día del Señor, y que era costumbre arrepentirse de los propios pecados antes de recibir la Eucaristía: 
“En cuanto al Día del Señor, una vez reunidos partid el pan y dad gracias después de haber confesado vuestros pecados, para que vuestro sacrificio sea puro” (capítulo 4, verso 1). 
Sobre el modo de realizar el Sacrificio eucarístico, la Didaké ofrece una plegaria que sorprende por su poesía. La liturgia de la Iglesia primitiva se basaba profundamente tanto en los ritos como en las Escrituras del antiguo Israel, tal como sigue haciéndolo nuestra propia liturgia de hoy en día. Definitivamente, Jesús instituyó la Misa durante la cena pascual, y su acción de gracias eucarística completará y perfeccionará el sacrificio pascual. Esta conexión era clara para la primera generación de cristianos, muchos de los cuales eran devotos judíos inicialmente. 
De ahí que las oraciones de la Pascua entraron enseguida en la liturgia cristiana.

La Didascalia

Desde comienzos del siglo III en adelante, el reguero de papiros muestra una mayor preocupación por conservar las palabras precisas de las liturgias atribuidas a los Apóstoles. A principios de los 300 d. C., se publica, en el norte de Siria, otra recopilación de la tradición recibida: la Didascalia Apostolorum ("Enseñanza de los Apóstoles"). La Didascalia incluye páginas con el texto de oraciones, a la vez que detalladas instrucciones para las funciones litúrgicas y el modo de comportarse de obispos, sacerdotes, diáconos, mujeres, niños, jóvenes, viudas, huérfanos y transeúntes.

Justino y La Santa Misa

Al principio de la Era Cristiana la Santa Misa no estaba "a la vista" de cualquiera, sino sólo de quienes estaban ya más compenetrados con su significado. Al realizarse la ceremonia a puertas cerradas, los rumores y calumnias provenientes de los enemigos de la Iglesia no se dejaron esperar y comenzaron a esparcirse por todos aquellos lugares donde la semilla de Cristo había ya dado sus frutos. En el siglo II encontramos un texto de San Justino mártir explicando al emperador romano Antonio Pío, hacia el año 155, a grandes rasgos precisamente lo que se hacía en la misa.
Hacia el 215, Hipólito de Roma compuso su gran obra, la Tradición Apostólica ", en la que estableció las enseñanzas litúrgicas y teológicas que la Iglesia romana había conservado desde los tiempos de los Apóstoles, Una de las secciones propone un ajustado guión de la liturgia para la ordenación de sacerdotes.  Podemos ver nuestra Misa, en la obra de Hipólito:

Sacerdote: El Señor esté con vosotros. 
Comunidad: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Levantemos el corazón.
Comunidad: Lo tenemos levantado hacia el Señor. 
Sacerdote: Demos gracias al Señor.
Comunidad: Es justo y necesario.


Desde el mismo período, encontramos los textos más antiguos de las liturgias que reivindicaban un linaje apostólico, las liturgias de San Marcos, Santiago y San Pedro: liturgias que aún se usan en muchos lugares de todo el mundo. La liturgia de Santiago fue el rito preferido de la antigua Iglesia de Jerusalén, que reclamaba a Santiago como su primer obispo. Las liturgias de Santiago, Marcos y Pedro son teológicamente densas, ricas en poesía, ricas en citas de las Escrituras. Recuerda que, cuando poca gente sabía leer, y menos gente aún podía permitirse el lujo de tener copias de libros, la liturgia era el lugar donde los cristianos asimilaban la Biblia. Por eso, desde los primeros días de la Iglesia, la Misa ha estado empapada de la Sagrada Escritura.

La Misa en la actualidad y su importancia

El acto oficial de la Iglesia para dar culto a Dios colectivamente, es la Santa Misa. 
El cumplimiento de las obligaciones no se limita a cuando se tienen ganas. Lo sensato es poner buena voluntad en hacer lo que se debe.
El cristianismo es una vida, no un mero culto externo. El culto a Dios es necesario, pero no basta para ser buen cristiano.
La asistencia a Misa es sobre todo un acto de amor de un hijo que va a visitar a su Padre: por eso el motivo de la asistencia a Misa debe ser el amor.
El Concilio Vaticano II, en la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, ha recalcado la importancia de la Liturgia en la formación de los cristianos de hoy: «la Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia, y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza».






1.2 Partes de La Misa

La Misa consta de dos partes, a saber, la Liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística. Consta además de algunos ritos que inician y concluyen la celebración.

Ritos iniciales

Los ritos que preceden a la Liturgia de la Palabra, es decir, la entrada, el saludo, el acto penitencial, el Señor, ten piedad, el Gloria y la colecta, tienen el carácter de exordio, de introducción y de preparación. La finalidad de ellos es hacer que los fieles reunidos en la unidad construyan la comunión y se dispongan debidamente a escuchar la Palabra de Dios y a celebrar dignamente la Eucaristía.

Entrada

Estando el pueblo reunido, cuando avanza el sacerdote con el diácono y con los ministros, se da comienzo al canto de entrada. La finalidad de este canto es abrir la celebración, promover la unión de quienes se están congregados e introducir su espíritu en el misterio del tiempo litúrgico o de la festividad, así como acompañar la procesión del sacerdote y los ministros.

Saludo

Cuando llegan al presbiterio, el sacerdote, el diácono y los ministros saludan al altar con una inclinación profunda. Sin embargo, como signo de veneración, el sacerdote y el diácono besan el altar; y el sacerdote, según las circunstancias, inciensa la cruz y el altar. Concluido el canto de entrada, el sacerdote de pie, en la sede, se signa juntamente con toda la asamblea con la señal de la cruz; después, por medio del saludo, expresa a la comunidad reunida la presencia del Señor. Con este saludo y con la respuesta del pueblo se manifiesta el misterio de la Iglesia congregada.

Acto penitencial

Después el sacerdote invita al acto penitencial que, tras una breve pausa de silencio, se lleva a cabo por medio de la fórmula de la confesión general de toda la comunidad, y se concluye con la absolución del sacerdote que, no obstante, carece de la eficacia del sacramento de la Penitencia.

Señor, ten piedad

Después del acto penitencial, se tiene siempre el Señor, ten piedad, a no ser que quizás haya tenido lugar ya en el mismo acto penitencial.

Gloria

El Gloria es un himno antiquísimo y venerable con el que la Iglesia, congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios Padre y glorifica y le suplica al Cordero.

Colecta

En seguida, el sacerdote invita al pueblo a orar, y todos, juntamente con el sacerdote, guardan un momento de silencio para hacerse conscientes de que están en la presencia de Dios y puedan formular en su espíritu sus deseos. Entonces el sacerdote dice la oración que suele llamarse «colecta» y por la cual se expresa el carácter de la celebración.

Liturgia de la Palabra

La parte principal de la Liturgia de la Palabra la constituyen las lecturas tomadas de la Sagrada Escritura, junto con los cánticos que se intercalan entre ellas; y la homilía, la profesión de fe y la oración universal u oración de los fieles, la desarrollan y la concluyen.

Lecturas bíblicas

Por las lecturas se prepara para los fieles la mesa de la Palabra de Dios y abren para ellos los tesoros de la Biblia. La lectura del Evangelio constituye la cumbre de la Liturgia de la Palabra. La Liturgia misma enseña que debe tributársele suma veneración, cuando la distingue entre las otras lecturas con especial honor, sea por parte del ministro delegado para anunciarlo y por la bendición o la oración con que se prepara; sea por parte de los fieles, que con sus aclamaciones reconocen y profesan la presencia de Cristo que les habla, y escuchan de pie la lectura misma; sea por los mismos signos de veneración que se tributan al Evangeliario.
Después de la primera lectura, sigue el salmo responsorial, que es parte integral de la Liturgia de la Palabra y en sí mismo tiene gran importancia litúrgica y pastoral, ya que favorece la meditación de la Palabra de Dios. Después de la lectura, que precede inmediatamente al Evangelio, se canta el Aleluya u otro canto determinado por las rúbricas, según lo pida el tiempo litúrgico. Esta aclamación constituye por sí misma un rito, o bien un acto, por el que la asamblea de los fieles acoge y saluda al Señor, quien le hablará en el Evangelio, y en la cual profesa su fe con el canto.

Homilía

La homilía es parte de la Liturgia y es muy recomendada, pues es necesaria para alimentar la vida cristiana. Conviene que sea una explicación o de algún aspecto de las lecturas de la Sagrada Escritura, o de otro texto del Ordinario, o del Propio de la Misa del día, teniendo en cuenta, sea el misterio que se celebra, sean las necesidades particulares de los oyentes. (Los domingos y las fiestas del precepto debe tenerse la homilía en todas las Misas que se celebran con asistencia del pueblo y no puede omitirse sin causa grave, por otra parte, se recomienda tenerla todos días especialmente en las ferias de Adviento, Cuaresma y durante el tiempo pascual, así como también en otras fiestas y ocasiones en que el pueblo acude numeroso a la Iglesia).

Profesión de fe

El Símbolo o Profesión de Fe, se orienta a que todo el pueblo reunido responda a la Palabra de Dios anunciada en las lecturas de la Sagrada Escritura y explicada por la homilía. Y para que sea proclamado como regla de fe, mediante una fórmula aprobada para el uso litúrgico, que recuerde, confiese y manifieste los grandes misterios de la fe, antes de comenzar su celebración en la Eucaristía.

Oración universal

En la oración universal, u oración de los fieles, el pueblo responde en cierto modo a la Palabra de Dios recibida en la fe y, ejercitando el oficio de su sacerdocio bautismal, ofrece súplicas a Dios por la salvación de todos.

Liturgia Eucarística

En la última Cena, Cristo instituyó el sacrificio y el banquete pascuales. Por estos misterios el sacrificio de la cruz se hace continuamente presente en la Iglesia, cuando el sacerdote, representando a Cristo Señor, realiza lo mismo que el Señor hizo y encomendó a sus discípulos que hicieran en memoria de Él. Cristo, pues, tomó el pan y el cáliz, dio gracias, partió el pan, y los dio a sus discípulos, diciendo: Tomad, comed, bebed; esto es mi Cuerpo; éste es el cáliz de mi Sangre. Haced esto en conmemoración mía. Por eso, la Iglesia ha ordenado toda la celebración de la Liturgia Eucarística con estas partes que responden a las palabras y a las acciones de Cristo, a saber:

1) En la preparación de los dones se llevan al altar el pan y el vino con agua, es decir, los mismos elementos que Cristo tomó en sus manos.

2) En la Plegaria Eucarística se dan gracias a Dios por toda la obra de la salvación y las ofrendas se convierten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.

3) Por la fracción del pan y por la Comunión, los fieles, aunque sean muchos, reciben de un único pan el Cuerpo, y de un único cáliz la Sangre del Señor, del mismo modo como los Apóstoles lo recibieron de las manos del mismo Cristo.

Preparación de los dones

Al comienzo de la Liturgia Eucarística se llevan al altar los dones que se convertirán en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. En primer lugar se prepara el altar, o mesa del Señor, que es el centro de toda la Liturgia Eucarística, y en él se colocan el corporal, el purificador, el misal y el cáliz, cuando éste no se prepara en la credencia. En seguida se traen las ofrendas: el pan y el vino, que es laudable que sean presentados por los fieles. Cuando las ofrendas son traídas por los fieles, el sacerdote o el diácono las reciben en un lugar apropiado y son ellos quienes las llevan al altar. Aunque los fieles ya no traigan, de los suyos, el pan y el vino destinados para la liturgia, como se hacía antiguamente, sin embargo el rito de presentarlos conserva su fuerza y su significado espiritual.
Depositadas las ofrendas y concluidos los ritos que las acompañan, con la invitación a orar junto con el sacerdote, y con la oración sobre las ofrendas, se concluye la preparación de los dones y se prepara la Plegaria Eucarística.

Plegaria Eucarística

En este momento comienza el centro y la cumbre de toda la celebración, esto es, la Plegaria Eucarística, que ciertamente es una oración de acción de gracias y de santificación. La Plegaria Eucarística exige que todos la escuchen con reverencia y con silencio.
Los principales elementos de que consta la Plegaria Eucarística pueden distinguirse de esta manera:

a) Acción de gracias (que se expresa especialmente en el Prefacio), en la cual el sacerdote, en nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da gracias por toda la obra de salvación o por algún aspecto particular de ella, de acuerdo con la índole del día, de la fiesta o del tiempo litúrgico.

b) Aclamación: con la cual toda la asamblea, uniéndose a los coros celestiales, canta el Santo. Esta aclamación, que es parte de la misma Plegaria Eucarística, es proclamada por todo el pueblo juntamente con el sacerdote.

c) Epíclesis: con la cual la Iglesia, por medio de invocaciones especiales, implora la fuerza del Espíritu Santo para que los dones ofrecidos por los hombres sean consagrados, es decir, se conviertan en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la Comunión sirva para la salvación de quienes van a participar en ella.

d) Narración de la institución y consagración: por las palabras y por las acciones de Cristo se lleva a cabo el sacrificio que el mismo Cristo instituyó en la última Cena, cuando ofreció su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y vino, y los dio a los Apóstoles para que comieran y bebieran, dejándoles el mandato de perpetuar el mismo misterio.

e) Anámnesis: por la cual la Iglesia, al cumplir el mandato que recibió de Cristo por medio de los Apóstoles, realiza el memorial del mismo Cristo, renovando principalmente su bienaventurada pasión, su gloriosa resurrección y su ascensión al cielo.

f) Oblación: por la cual, en este mismo memorial, la Iglesia, principalmente la que se encuentra congregada aquí y ahora, ofrece al Padre en el Espíritu Santo la víctima inmaculada. La Iglesia, por su parte, pretende que los fieles, no sólo ofrezcan la víctima inmaculada, sino que también aprendan a ofrecerse a sí mismos, y día a día se perfeccionen, por la mediación de Cristo, en la unidad con Dios y entre ellos, para que finalmente, Dios sea todo en todos.

g) Intercesiones: por las cuales se expresa que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia, tanto con la del cielo, como con la de la tierra; y que la oblación se ofrece por ella misma y por todos sus miembros, vivos y difuntos, llamados a participar de la redención y de la salvación adquiridas por el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

h) Doxología final: por la cual se expresa la glorificación de Dios, que es afirmada y concluida con la aclamación Amén del pueblo.

Rito de la comunión

Puesto que la celebración eucarística es el banquete pascual, conviene que, según el mandato del Señor, su Cuerpo y su Sangre sean recibidos como alimento espiritual por los fieles debidamente dispuestos. A esto tienden la fracción y los demás ritos preparatorios, con los que los fieles son conducidos inmediatamente a la Comunión.

Oración del Señor

En la Oración del Señor se pide el pan de cada día, que para los cristianos indica principalmente el pan eucarístico, y se implora la purificación de los pecados, de modo que, en realidad, las cosas santas se den a los santos.

Rito de la paz

Sigue el rito de la paz, con el que la Iglesia implora la paz y la unidad para sí misma y para toda la familia humana, y con el que los fieles se expresan la comunión eclesial y la mutua caridad, antes de la comunión sacramental.

Fracción del Pan

El sacerdote parte el pan eucarístico, con la ayuda, si es del caso, del diácono o de un concelebrante. El gesto de la fracción del Pan realizado por Cristo en la Última Cena, que en el tiempo apostólico designó a toda la acción eucarística, significa que los fieles siendo muchos, en la Comunión de un solo Pan de vida, que es Cristo muerto y resucitado para la salvación del mundo, forman un solo cuerpo (1Co 10, 17).

Comunión

El sacerdote se prepara para recibir fructuosamente el Cuerpo y la Sangre de Cristo con una oración en secreto. Los fieles hacen lo mismo orando en silencio. Después el sacerdote muestra a los fieles el Pan Eucarístico sobre la patena o sobre el cáliz y los invita al banquete de Cristo; además, juntamente con los fieles, pronuncia un acto de humildad, usando las palabras evangélicas prescritas.
Es muy de desear que los fieles, como está obligado a hacerlo también el mismo sacerdote, reciban el Cuerpo del Señor de las hostias consagradas en esa misma Misa, y en los casos previstos, participen del cáliz, para que aún por los signos aparezca mejor que la Comunión es una participación en el sacrificio que entonces mismo se está celebrando.
Mientras el sacerdote toma el Sacramento, se inicia el canto de Comunión, que debe expresar, por la unión de las voces, la unión espiritual de quienes comulgan, manifestar el gozo del corazón y esclarecer mejor la índole «comunitaria» de la procesión para recibir la Eucaristía.
Terminada la distribución de la Comunión, si resulta oportuno, el sacerdote y los fieles oran en silencio por algún intervalo de tiempo. Si se quiere, la asamblea entera también puede cantar un salmo u otro canto de alabanza o un himno.
Para terminar la súplica del pueblo de Dios y también para concluir todo el rito de la Comunión, el sacerdote dice la oración después de la Comunión, en la que se suplican los frutos del misterio celebrado.

Rito de conclusión

Al rito de conclusión pertenecen:

a) Breves avisos, si fuere necesario.

b) El saludo y la bendición del sacerdote, que en algunos días y ocasiones se enriquece y se expresa con la oración sobre el pueblo o con otra fórmula más solemne.

c) La despedida del pueblo, por parte del diácono o del sacerdote, para que cada uno regrese a su bien obrar, alabando y bendiciendo a Dios.

d) El beso del altar por parte del sacerdote y del diácono y después la inclinación profunda al altar de parte del sacerdote, del diácono y de los demás ministros.


Esquema:


Bibliografía:

http://www.liturgiasalta.com.ar/vocabulario_misa.pdf
http://www.elcastellano.org/palabra.php?q=misa
http://www.mscperu.org/espirit/eucaristia_espiritu/La_Cena_del_Cordero/cena_cordero03.htm
http://www.slideshare.net/afabrag46/la-santa-misa-su-historia
http://www.giga.com/~jemadero/lea/misa.html
http://www.aciprensa.com/catequesis/misa2.htm
http://www.santorosario.net/espanol/misa/2.htm
http://laverdadcatolica.org/LaSantaMisa.htm
http://www.es.catholic.net/escritoresactuales/251/685/articulo.php?id=7048
http://www.laliturgia.org/general/santa-misa-y-sus-partes.html/comment-page-1